Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

lunes, febrero 15, 2010

Jugando con extraños

Lima -Perú.- (Por Vanessa Herrera / Foto Eduardo Cavero - Suplemento Dominical / Diario La República) ¿Sabe usted lo que ve su hija cuando está frente a la computadora? ¿Ha visto qué fotos publica su hijo en Facebook o en Hi5? ¿Conversan ellos con extraños? El siguiente es un caso de acoso sexual de menores en una red social. La víctima tenía 12 años. Sus padres accedieron a contar la historia para alertar a otros sobre el peligro al que están expuestos niños y adolescentes.
Sandra estaba emocionada. Iba a chatear con Fabrizio, el enamorado de Pamela, la chiquilla de 12 años a la que descubrió en el Facebook una mañana de agosto de 2009. Prendió la computadora casera, conectó su cámara web e ingresó rápidamente al chat; Fabrizio la estaba esperando. La imagen era borrosa, apenas pudo distinguir una silueta del otro lado. No era un chico de 15 años, como le había asegurado Pamela, sino un adulto. A través de la cuenta de su “amiga” Pamela, él le empezó a hablar, y después de un preámbulo para ganar su confianza le dijo: “Pamela me comentó que nunca has visto un pene, yo te lo puedo mostrar”. El sujeto se bajó los pantalones y le enseñó los genitales a través de la cámara web. Sandra se quedó muda, se sentía incómoda, avergonzada.
Luego Fabrizio, al que ella creía un adolescente, insistió: “Muéstrame tus senos, ¿sí?”. La chica de 12 años se negó en el acto. Y él arremetió de inmediato: “Pero si tu amiga ya lo hizo. No seas niña, pues”.
Sandra estaba confundida y finalmente cedió, desnudó una parte de su cuerpo ante la cámara y el hombre se empezó a masturbar. Ella no sabía qué hacer, estaba aterrada y sin capacidad de reacción. El supuesto enamorado de la tal Pamela le dijo entonces: “Ahora enséñame tu trasero”. La adolescente se resistió: “¡No! … no me bajaré mi trusa”. “Si no lo haces –amenazó el hombre–, llamaré a tu casa y pediré hablar con tus papás, yo tengo tu número, Pamela me lo dio”.
El teléfono sonó un par de veces. Sandra se moría de miedo. El desconocido logró su objetivo: que la adolescente se desnude. Dos minutos después ella recibió un correo con imágenes suyas. Y en la pantalla apareció el siguiente texto: “Mira, si no haces lo que te pido más adelante, enviaré las fotos de hoy a tus padres, a tu colegio y las colgaré en Facebook. Estamos en contacto, chau”.
Esa noche Sandra no pudo dormir. Semanas después, el 22 de octubre del 2009, el hombre se contactó nuevamente con la adolescente. Esta vez la grabó desnuda, tocándose, y la volvió a amenazar: “Ahora tenemos que vernos a la salida de tu colegio, mira, si no vas, les mandaré tu video posando sin ropa a tus papás”. Sandra recuerda que no sabía qué decirle, solo tembló de miedo.
Durante tres días no paró de llorar. Pensar que tendría que reunirse con ese extraño la hacía temblar. Se negó a ir al colegio. Sus padres estaban preocupados. Para entonces Sandra ya estaba segura de que Pamela no existía. Era el invento de un hombre que la había engañado y amenazado. Este sujeto aprovechó su ingenuidad para convertirse primero en su “amiga virtual” y luego preparar el camino para el abuso sexual. La pequeña Sandra había sido víctima de un delito informático conocido como grooming.

Un millón de amigos

Sandra creía que tener muchos amigos en una red social como Facebook era sinónimo de popularidad. La jovencita agregaba a su lista de amistades a sus vecinos de La Molina, a sus amigos del colegio, de la parroquia, de las clases de danza, a los amigos de sus amigos y hasta a parientes lejanos. Para agosto del 2009, Sandra tenía nada más y nada menos que 325 contactos. Por lo menos un centenar de ellos eran desconocidos.
Y sabían mucho más que su nombre y fecha de cumpleaños. Desde la ubicación de su colegio, su película favorita hasta sus gustos más personales. Apenas llegaba de estudiar, ingresaba a su perfil y publicaba las fotos más coquetas que se hacía con sus amigas. No le importaba si eran en su cuarto, en la playa o en algún paseo familiar.
En otro punto de la ciudad, un hombre de 29 años buscaba con ansias una niña a quien seducir y luego violar. En el mundo real era un desempleado lleno de vicios y en el mundo virtual era Pamela. Una doble identidad que le permitió contactarse con Sandra un 15 de agosto del 2009, tras agregarla a su perfil de Facebook. Sin saberlo, Sandra le había abierto la puerta de su casa a un desconocido. Sandra y Pamela se volvieron confidentes, a pesar de que no se conocían. Poco a poco “la última” iba subiendo el tono de sus conversaciones hasta que le habló de sexo.

Sin máscara

Sandra no podía seguir callando. Tenía que explicar por qué no quería volver al colegio y les contó toda su pesadilla a sus padres. Ellos querían denunciar al hombre que había abusado de su hija, pero no quisieron exponerla a los exámenes obligatorios de médicos legistas y psicólogos.
Acudieron a la Red Peruana contra la Pornografía Infantil para denunciar el caso. La denuncia fue derivada a la División de Delitos en Alta Tecnología (Divindat) como producción de pornografía infantil. Tras varias investigaciones, la policía logró la captura del pedófilo en Ate Vitarte. En su computadora encontraron archivos de imágenes y videos que constituyen prueba suficiente para procesarlo por tenencia de pornografía infantil (Artículo 183º A del Código Penal).
Cabe señalar que Sandra pudo abrir su cuenta en Facebook asegurando que tenía 16 años cuando en realidad tenía solo 12. Hoy se arrepiente de esta travesura. Sus padres están ahora mucho más cerca de ella y accedieron a que su caso se difunda para que esta historia no se repita.

Cifras

- 89% de escolares están en una red social.
- 64% posee Hi5
- 53% tiene Facebook.
- 80% de los chicos han aceptado a extraños en su red social.
- 47% han conversado con ellos más de una vez.
- 77% de los niños cree que sus padres ignoran cómo se usa internet.
- 89% de padres de familia no les han explicado a sus hijos los riesgos que existen en la red.
Fuente: RCPI-Perú

¿Y el consumidor de pornografía infantil? (entrevista a Dimitri Senmache Artola, Presidente de la Red Peruana contra la Pornografía Infantil

¿Por qué el consumo de drogas no está penado por la ley, pero sí el consumo de pornografía infantil?
La diferencia radica en que para producir droga necesitas de plantas, de hoja de coca e insumos químicos y el consumidor se hace daño a sí mismo, a su salud. En cambio, para producir pornografía infantil necesito a menores de edad que estén siendo abusados sexualmente. Se le hace daño terrible a un niño o a una niña. La ley protege la vida, la salud y el desarrollo emocional y físico de un menor de edad. Yo no puedo disponer de la vida y de la seguridad de terceras personas. Esta una diferencia muy importante.
–Cuando yo abro un video de pornografía infantil estoy viendo la prueba fehaciente de un delito de abuso sexual, de una violación sexual de menores de edad. Y si yo consumo ese material, estoy haciendo que la industria vaya en aumento y siga creciendo. Me convierto en cómplice de un delito. Además, un 35% de personas consumidoras de pornografía infantil llevan al terreno de la realidad sus fantasías, es decir, van en búsqueda de niños con el fin de abusar sexualmente de ellos.

Precauciones

• No colocar información personal y tampoco aceptar invitaciones de gente desconocida en Facebook, Hi5 u otra red social.
• Jamás acudir a una cita pactada con algún desconocido vía redes sociales.
• Establecer un horario prudente para el uso del internet en casa o en una cabina pública.
• Restringir el uso de cámara web solo para casos excepcionales.
• Supervisar las actividades de los hijos mientras usen la computadora en casa.
• Pedir a los hijos las fotografías personales que publicarán en su espacio personal de internet.
• No agregar a extraños al messenger u otro chat.
• Enseñarles con el ejemplo a respetar su cuerpo.
• Vigilar las actividades de sus hijos de forma permanente.

Para tener en cuenta

Grooming. Ciberacoso sexual infantil. Acciones emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un niño, a través de internet, generar una conexión emocional y disminuir las inhibiciones del niño con el fin de poder abusar de él. Ya es delito en Escocia, Australia, Alemania, Holanda, Canadá, Inglaterra.
Sexting. Difusión de imágenes sexualizadas de menores de edad producida por ellos mismos mediante el uso inadecuado de celulares con cámara, y remitidas vía mensajes de texto y multimedia, o por la internet a otros compañeros.
Ciberbulling. Acoso escolar entre pares. Los compañeros de aula se burlan de otros y llevan ese abuso fuera del salón de clases, en este caso, a las redes sociales.
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