Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

domingo, octubre 19, 2008

En seis meses se produjeron 3.697 violaciones sexuales a menores de edad en Lima. Cifra aumentó en comparación con el 2007

Lima - Perú.- (Alberto Villar Campos - Diario El Comercio) Agustín José Whilar Rodrigo aparentaba ser un modelo a seguir para los menores a quienes enseñó a surfear durante años en las grises playas de Barranco. Su vida, sin embargo, distaba mucho de ser ejemplar. La tarde del último domingo, una respuesta suya marcó el fin de un secreto que había cargado consigo, tal vez, demasiado tiempo.
"¿Eres pedófilo?". Elizabeth Pérez, dueña de la casa de Chorrillos que Whilar había alquilado seis meses atrás, no tuvo reparos en preguntárselo. Con el pecho desnudo y la frente sudorosa, el otrora célebre tablista y campeón Master Nacional en 1980 y 1981, de 63 años, solo atinó a responder con un sí. "¿Por qué?", volvió a preguntar Pérez. "A mí me violaron de niño", contestó el hombre.
Los agentes del Departamento de Investigación Policial de la comisaría de Chorrillos no tardaron en llegar al lugar. En su interior, un adolescente de 15 años sostenía una mirada ausente y se negaba a responder preguntas. Esa, empero, no era la primera vez que él estaba allí.
Horas después, y frente a su padre, el menor confesó haber acudido siete veces a esa casa en las últimas cuatro semanas. Cada vez que lo hacía --detalló--, el tablista le practicaba sexo oral mientras se masturbaba y recibía, a cambio de ello, 20 soles.
Su caso no sería el único en salir a la luz ese día. La policía halló también a un adolescente de 17 años quien dijo tener encuentros de ese tipo con Whilar desde los 10 años. Además del dinero que recibían, ambos compartían una adolescencia extraviada: eran lavacarros a los que el deportista conoció cuando dictaba clases en los balnearios barranquinos.
Aún no se ha establecido la cifra de menores que habrían sostenido encuentros sexuales con Whilar, pero algunas personas de la playa Makaha han señalado que era frecuente ver al ex campeón acompañado de adolescentes a quienes subía a su vieja camioneta.
El destino de aquellas travesías era incierto, pero es claro dónde terminaba el viaje de Whilar. Aunque el penalista Luis Lamas considera que, por sus características, los actos que cometió el tablista califican más como atentado contra el pudor agravado -- delito que se castiga hasta con 12 años de cárcel--, el Poder Judicial le ha abierto proceso por violación.

El aliado es el silencio

¿Quién en verdad era José 'Pepe' Whilar? ¿El hombre que negó a la policía haber violado a los menores, o aquel que escondía en su computadora fotografías y videos de pornografía infantil?
La psicóloga Silvia Rojas explica que los violadores son a menudo personas que fueron, a su vez, víctimas de vejaciones sexuales en su niñez. "En el caso de los pedófilos, su objetivo es aun más claro: manipular a infantes, con dinero o regalos, para conseguir lo que quieren", agrega.
Para María Teresa Mosquera, coordinadora general de la ONG Acción por los niños, el mejor aliado del abuso sexual en el país sigue siendo el silencio. "En este caso, las personas que veían a los niños con el presunto violador no dijeron nada, pero pudieron haberlo hecho", opina.
Otro factor que resalta Mosquera es la falta de comunicación entre los menores y sus padres. Estudios advierten que son comúnmente ellos, así como profesores y otras personas del entorno de la víctima, los autores de las vejaciones.

Casos se incrementan

Según el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, de enero a julio de este año se denunciaron 3.697 violaciones sexuales a menores en la capital, lo que representa el 50% de las 7.377 denuncias de todo el país. La cifra, no cabe duda, puede alarmar a cualquiera, pues en el 2007 se registraron 2.409 de estos casos en Lima y Callao.
¿Qué hacer frente a ello? Aunque, a su parecer, las leyes peruanas son drásticas --Whilar podría pasar hasta 30 años en la cárcel--, Mosquera refiere que los procesos judiciales por este delito son engorrosos y dejan de lado a la víctima, quien, en buena cuenta, lleva la peor parte del problema.
"Lo que hace falta ver es la situación en que quedan los menores y pensar en la posibilidad de ayudarlos psicológicamente", finaliza la especialista.

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1 Comentarios:

  • A la/s 7:57 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    Me parece muy buena sugerencia de la especialista al decir que se tiene que ayudar a la víctima de este acto tan abominable que se comete contra los menores de edad.
    Es muy cierto que el silencio es el aliado de que se siga cometiendo estos actos pero que se hace en el caso de que los menores de edad tengan miedo porque han crecido en un ambiente hostil? donde el padre y la madre sólo gritan y atemorizan a sus hijos, donde no hay confianza, solo miedo y culpa?
    Se tiene que trabajar más que con los hijos, creo yo con los padres, se debe crear conciencia en ellos, porque los hijos no pidieron nacer.
    Debe de haber una ley en la que se sancione a los padres, porque los hijos son responsabilidad de los padres en todos los casos.
    Como pueden hablar los menores si no hay confianza, si solo sienten culpa, vergüenza, si se sienten lo peor que hay en el mundo?

    Que haya una ley en el que se exija a los padres a que cumplan con tal obligación, "SER PADRES".

    Muchas gracias.

    Violeta.

     

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