Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

domingo, setiembre 21, 2008

‘México está en guerra’

México.- (Vanguardia) Lydia Cacho habla claro, “estamos viviendo en un país que está en guerra”. Periodista de larga carrera, Cacho puso al descubierto una red de pornografía infantil que la llevó a sufrir amenazas de muerte y una estadía en la cárcel. Han pasado ya cuatro años desde que esta mujer aguerrida escuchó los primeros testimonios de las niñas que le contaron sus historias y pusieron al descubierto la operación de pederastas y servidores públicos, y hoy, con una mirada serena y con su espíritu combativo intacto, la activista y defensora de los derechos humanos señala la crisis de impunidad, crimen y corrupción que vive el país.
Ha pasado mucho tiempo desde que usted saltó a los medios nacionales por la denuncia que hizo en su libro “Los Demonios del Edén” -¿Cómo siente que marcó su testimonio y encarcelamiento a la opinión pública?
Ya pasaron cuatro años desde la primera vez que las niñas llegaron a contarme la historia, desde que empezó todo el caso y las primeras amenazas de muerte. Yo creo que hay dos vertientes para el análisis, una que tiene que ver con mi perspectiva personal como periodista, como defensora de los derechos humanos, con respecto a lo que me sucedió y digamos que mi caso está en la presentación de las pruebas a nivel internacional; y la otra sería el impacto que tuvo el caso en términos sociales, todo el apoyo mediático y mi propia detención".
Si nos vamos por las lecciones aprendidas me parece que hubo muchas cosas que sucedieron con el caso más allá de mí, que hacen que hubiera valido la pena todo lo que sucedió. Me parece que el hecho de que en todo México se está hablando sobre el abuso infantil de una manera mucho más abierta, que la palabra pederastía ya sea mucho más conocida y que la gente tenga mucho más conciencia sobre cómo enfrentarla, qué hacer y cómo denunciar, me parece que es importante y fue en gran parte una tarea conjunta de los medios, de mi trabajo, de la propia sociedad. Se han transformado muchas leyes federales y dos estados han cambiado sus leyes a partir de mi caso".
En términos de los colegas periodistas, ustedes conocen muy bien aquí, en el norte, los casos de las desapariciones y agresiones contra los periodistas que son cotidianos. Lo que sucedió evidenció lo que le pasa a los periodistas, aun cuando no hay un solo detenido por agresiones o asesinatos a periodistas en todo el país, lo cual sigue siendo muy grave. Pero se transformaron leyes en algunos estados justamente para despenalizar el periodismo, ese sería el lado positivo".
En el otro aspecto también hay lecciones que me parecen abrumadoras para la sociedad en general y para mí como individuo, como ciudadano. Una de ellas es el haber presenciado a lo largo de estos dos años la cantidad de pruebas abrumadoras recabadas en una investigación puntual del ministerio Juan Silva Meza, que pudo mostrar no solamente que las redes de pederastía y de explotación sexual comercial existen y están laborando en todo el país, sino el hecho de que hubo 40 servidores públicos implicados en mi detención. En el momento en que 40 servidores públicos de un estado de la república se implican para detener a una periodista, para acallarla en aras de defender una red de pornografía infantil, eso rebela los niveles de corrupción y descomposición del sistema político mexicano y los niveles de riesgo en que estamos los periodistas que estamos cubriendo este tipo de temas".
Cuando empezamos a investigar un tema de derechos humanos resulta que le rascas un poco y está el crimen organizado de una u otra manera involucrado, pero también grupos empresariales y grupos políticos, es una constante que se está dando en todo el país. No solamente en pornografía infantil, también en lavado de dinero, ahora en secuestro, en cada tema que sale de investigación sobre crimen casi siempre existen estos tres elementos y es una gran lección que no podemos olvidar".
Los periodistas nos hacen reflexionar para entender qué tipo de país tenemos y en qué tipo de país estamos haciendo periodismo. Si después de Irak nosotros somos el país más peligroso para hacer periodismo, entonces debemos pensar en nuevas herramientas de seguridad, de defensa, en un país que está en guerra”.
-¿Cómo ha lidiado con el doble papel que ha tenido que vivir, por un lado es una periodista aguerrida, pero por el otro es también una víctima agredida por el poder?-
Yo creo que tiene que ver con muchas cosas, cuando estás tratando de salvar la vida y tienes amenazas de muerte constantemente sabes que a lo mejor hoy es el último día en que puedes hablar, escribir o investigar, eso te hace mucho más consciente de la importancia que tiene hacer tu trabajo hoy y defenderte hoy. Por otro lado, el ser reportera me ayudó muchísimo porque una defensa emocional mía fue reportear mi propio caso, tratar de alejarme un poco para utilizar todas las herramientas de periodismo y decir ‘a ver qué está pasando’, y fue muy sano, aunque evidentemente estaba en terapia por la tortura. Ser reportera me permitió no solamente alejarme un poco para verlo con una perspectiva mucho más amplia, sino además entender mejor las estrategias que podíamos tomar. Además estaba rodeada de gente maravillosa que me ayudó muchísimo, mis colegas, mi familia, mi pareja, todos haciendo estrategias para cuando llegaba otra amenaza, no he estado sola nunca”.
Se ha avanzado poco en el combate a la impunidad, -¿cómo ve el momento actual que se vive en el país?-
La impunidad es producto de la corrupción, yo creo que no lo podemos ver solamente como un aspecto aislado de nuestro sistema político y social. La impunidad es producto de la corrupción, la corrupción es producto de la ineficacia de los sistemas de justicia penal en México, pero también es producto de 70 años de un priísmo que fue produciendo un sistema político que le favoreciera, en el que pudiera tener todo tipo de canonjías para tener controlados a todos los medios".
Me parece que la impunidad fue más notoria a partir de que entró Vicente Fox y no lo hizo intencionalmente, simplemente lo que hizo al llegar fue eliminar todos los controles que había tenido durante más de 70 años el PRI sobre los medios y de repente nos pareció que todos teníamos una fiesta de libertad de expresión. De pronto todo mundo empezamos a escribir y hablar y decir cosas que antes no decías porque nadie te lo publicaba. Pero con Fox empezamos esta fiesta de la libertad de expresión, pero también empieza la carnicería de los periodistas, empiezan a rebelarse los empresarios, los criminales, los políticos que no estaban acostumbrados a que los periodistas tuviéramos voz. Estos controles se desarticularon y no sabemos ahora quién tiene estos controles, si los tienen los gobernadores, el crimen organizado, los militares, el Presidente de la república o la Secretaría de Gobernación. Estamos en una crisis".
Sabemos que la impunidad es resultado de la corrupción, que el sistema de justicia penal no funciona y sólo 2 de cada 100 criminales en este país terminan en la cárcel, lo cual hace muy curioso pensar cómo es que no hay más criminales en México, francamente es muy buen negocio y se entiende muy bien por qué en la trata de personas y la explotación sexual cada vez más extranjeros se vienen a México, ellos saben que aquí van a venir plenamente en la impunidad, me parece que van a pasar muchos años antes de que podamos hacer algo al respecto”.
Ahora vivimos en una situación precaria, por un lado está la corrupción y la impunidad y por el otro la inseguridad, el narcotráfico -¿qué es lo que se puede hacer ante esta situación que luce tan difícil’?-
Seguir adelante. Lo que a nosotros nos toca es contar las historias e investigarlas. No es una tarea fácil en este momento, pero sí creo que las y los periodistas hemos obtenido un estatus distinto en términos de la peligrosidad de nuestro trabajo, pero también una responsabilidad que nunca habíamos tenido en México. Ahora, en casi todo el país, un periodista que hace bien su trabajo se convierte en un ministerio público, nosotros estamos haciendo el trabajo que no hacen los ministerios públicos y la policía federal y te das cuenta que nosotros estamos dando las pautas para que investigue la autoridad cuando decidí investigar y eso es súper peligroso”.
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