Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

lunes, setiembre 29, 2008

El perverso placer de viajar

Argentina.- (El Mercurio Digital) Las garras amenazan y el miedo muchas veces paraliza, por eso los menores son las principales víctimas de las aberraciones adultas. Explotación sexual, el maltrato en su máxima expresión. El continente anualmente recibe millones de personas dispuestas a conocer, las maravillas latinoamericanas. De un extremo al otro, se ofrece belleza: lugares cargados de historia, ciudades pintorescas con personajes entrañables y playas paradisíacas. En fin, paisajes dignos de una postal, componen un amplio paquete turístico, que los extranjeros pagan gustosos, todo sea por disfrutar. Pero no sólo eso, ahora América Latina se han convertido en el epicentro del turismo sexual.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando se habla de turismo se hace referencia a las "actividades que realizan las personas durante sus viajes, en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo con fines de ocio". En este caso, para mantener relaciones sexuales.

El auge de esta nueva "modalidad", se debe al vacío legal, que lamentablemente afecta a casi toda América Latina. Pero no sólo eso actúa como denominador común, sino también, el hecho de que las principales víctimas son los menores de edad, de ambos sexos. De acuerdo a datos del Consejo Nacional del Menor, extraídas del diario nacional Clarín, las edades preferidas por los pedófilos son de 8 años en el caso de las nenas y 12 años de los nenes.
La prostitución y el trabajo infantil, está estrictamente ligada a la pobreza, (Ver: "Un antiguo fantasma que resurge". APM 11/09/07). Las víctimas viven en un ambiente de marginalidad, al que suele sumarse un entorno familiar inestable y un precario -e inexistente- nivel educativo. Todo esto, está estrictamente relacionado con la falta de políticas por parte de los Estados, que "facilitan" el desarrollo de estas actividades denigrantes.
Los artículos 34 y 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño, establecen que los gobiernos deben proteger a los menores de todas las formas de explotación y abusos sexuales, dado que estas actividades, ponen en riesgo su integridad física y psíquica.
Además, el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño, establece que los responsables deben ser criminalizados y castigados, porque estos delitos son considerados de lesa humanidad.
Según lo establece el Estatuto de Roma dichos crímenes, son que aquellos desarrollados por el propio Estado "a través de una política que atenta sistemáticamente contra los derechos fundamentales de una sociedad civil o un grupo determinado de esta".
Pero muy poco se hace al respecto y no es casual, por fuerte que pueda parecer esta afirmación. Sobre todo si se tiene en cuenta, que la explotación sexual, es la tercera categoría más lucrativa en el ámbito internacional, por debajo del narcotráfico y de la venta de armas, ya que produce una ganancia anual que oscila entre los 5 y los 7 billones de dólares.
En los principales países del llamado "Primer Mundo" existe una reglamentación que prohíbe practicar estas actividades.
Pero al parecer, los turistas que llegan a Latinoamérica, buscan satisfacer aquello que en sus países tienen vedado. Es por esto, que según el director regional de Unicef para América latina y el Caribe, Nils Kastberg, en la región el turismo sexual es "un problema de gravedad".
La OMT aporta datos importantes a tener presentes, que aseguran que el 0,6 por ciento de las personas que viajan en todo el mundo, son "turistas sexuales". El principal destino para concretar estas prácticas, es México, asegura la Red de Organizaciones Trabajando para la Eliminación de la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ECPAT).
La prostitución infantil está a la orden del día y es una práctica extendida por todo el continente. Por lo que Brasil no escapa de este flagelo, sobre todo en los grandes centros turísticos del nordeste del país, o en grandes ciudades como Río de Janeiro y San Pablo.
En estos lugares, según el diario brasileño "Correio Braziliense", los menores reciben 3 reales (1,64 dólares) por cada encuentro sexual.
Se mire desde el punto de vista que se mire, la prostitución infantil es una de las prácticas más degradantes, y es sin dudas una de las máximas expresiones de violencia. Pero sin dudas uno de los mayores problemas que se ponen al descubierto en la lucha contra la explotación sexual infantil, es la existencia de clientes que hacen rentables estas actividades.
De acuerdo a datos publicados por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cada año caen en las redes de la "explotación sexual comercial de la infancia", alrededor de un millón de menores, en su mayoría niñas, pero también un número considerable de niños en todo el mundo.
En Argentina, la situación no es menor y a veces es mucho más preocupante. Según la legisladora chaqueña, Clelia Ávila "más del 90 por ciento de las secuestradas, pertenecen a las provincias del Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones y son llevadas a la Capital Federal, donde son utilizadas para el denominado 'turismo sexual'".
Las autoridades nacionales, que en este caso deberían operar a través de la Secretaría de Turismo, parecen haber omitido un pequeño detalle: su obligación es proteger a los ciudadanos, sobre todo a los niños que son los más vulnerables.
Pero además, por si fuera poco, hay otra "ventaja" para aquellos que gustan de estos servicios: el tipo de cambio monetario. La suma de todo esto, ha hecho que Argentina también se posicione como uno de los principales destinos, para llevar a cabo este tipo de actividades penadas en otros países.
De hecho se dice que Buenos Aires se ha convertido en "La Meca" del turismo sexual, sobre todo infantil. Basta tener presente los datos al respecto, para darse cuenta que esa afirmación es real: alrededor de 5 mil niños se prostituyen en las calles de dicha ciudad.
Para que esta degradación a la infancia pueda frenarse, necesariamente hay que "desarmar redes de trata y complicidades, en los ámbitos político, judicial y policial", señaló Fabiana Tuñes, directora de la organización no gubernamental "Casa Encuentro", en un informe realizado por el Diario Popular.
Es importante resaltar que el turismo sexual, la trata de personas y la prostitución infantil, son 3 actividades que van de la mano y que crecen en forma alarmante. Esto se debe a que son negocios lucrativos, controlados por mafias criminales que operan en el ámbito internacional, con el respaldo de aquellos que debieran poner límites a estas prácticas.
En el año 1926 la "Convención sobre la Esclavitud" decidió abolir el acto por el que "un individuo está bajo el dominio de otro, perdiendo la capacidad de disponer libremente de sí mismo". Sin embargo poco importa que exista dicho Tratado Internacional, porque hoy en día, la trata de personas en todas sus formas -el 90 por ciento se traduce en explotación sexual-, es sin lugar a dudas la "esclavitud del Siglo XXI".
La problemática que hoy azota a todo el continente, pero que se extiende a nivel mundial, está en agenda internacional hace varios años. En 1999 la OMT, elaboró un Código Ético con el objetivo de prevenir los casos de turismo sexual, pero muy poco se ha avanzado al respecto, porque las cifras siguen siendo elevadas, y las leyes casi inexistentes.
En Argentina, al igual que en otros países, las zonas fronterizas son los principales lugares de operación para la trata de personas, por la falta de controles (Ver: "Las mujeres en la mira". APM 23/12/2007). "En la zona de la Triple Frontera (...) se han detectado diversos mecanismos de oferta de menores de edad para la actividad sexual a través de Internet o la prensa escrita", así lo advierte un documento publicado con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Lógicamente existen sectores de la sociedad que niegan la existencia de estas prácticas, pero la realidad demuestra que el número de niños sometidos a estas vejaciones es asombroso, como consecuencia directa de la situación de pobreza y desprotección en la que se encuentran.
Hay datos indignantes, que demuestran que la propia familia, es la que obliga a los menores a prostituirse, para llevar el dinero al hogar. Lo cual deja al descubierto la falta de educación, de oportunidades y la falta de intervención de un gobierno que debe garantizar el bienestar del pueblo.
Las redes de trata de personas operan en la clandestinidad, es por esto, que los casos de secuestro y explotación sexual, no son muy conocidos, e incluso muchas veces no son denunciados. Para Francisco González-Bueno, presidente de Unicef España, el turismo sexual es "una práctica oculta de la que no existen datos fiables, porque las víctimas son menores y los hechos no son denunciados, ni siquiera por sus padres o tutores, que generalmente obtienen un beneficio económico por permitirlo".
La prostitución que se ve en las calles, es ínfima, en comparación con las cifras de jóvenes que son obligadas a "ofrecer" servicios sexuales dentro de estos círculos. Los datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) reflejan que aproximadamente 100.000 personas "ingresaron" al circuito en América Latina.
Como consecuencia del mal llamado "trabajo", los menores están expuestos no solo a la degradación psicológica, sino también a embarazos no deseados, a una brutal violencia y a enfermedades de transmisión sexual que pueden cobrarse la vida de las víctimas.
Para intentar ponerle freno a esta situación, una de las prioridades de Unicef es realizar campañas para generar conciencia no sólo entre los turistas, sino en toda la sociedad, porque hay que tener en cuenta que la explotación sexual no es un trabajo y por lo tanto debe ser denunciada.
Desde 1980, cada 27 de septiembre se celebra el día mundial del turismo, y si bien este año, el objetivo principal es el de desempeñar un rol activo que permita hacerle frente al doble reto de "responder al cambio climático y de mitigar la pobreza", es importante que se siga haciendo énfasis en la lucha contra el "turismo sexual".
Para frenar el crecimiento desmedido de esta actividad, en algunos países de Europa, como España por ejemplo, se están realizando campañas impulsadas desde Unicef. Para González-Bueno es importante sensibilizar "tanto a aquellas personas que viajan desde España a destinos turísticos conocidos por ofertar este tipo de actividades, como a las compañías aéreas y agencias de viajes que son intermediarios".
Pero en Argentina, que es uno de los destinos turísticos para los pedófilos, también se están diseñando proyectos, que permitan frenar prácticas de este tipo. Por eso la diputada de la Coalición Cívica, Fernanda Gil Lozano, impulsa en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para "informar a los extranjeros que en Argentina está prohibido el turismo sexual y la trata de personas".
A pesar de que cada año, el 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional Contra la Explotación Sexual, en reconocimiento de la llamada Ley Palacios -primer intento legislativo en el continente para combatir la prostitución de mujeres, niñas y niños- las víctimas aumentan año a año y los intentos por ponerle fin a la explotación de menores, no alcanzan.
Tal como reflexiona la abogada Ana Chávez, del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), en una entrevista realizada por la revista Caras y Caretas, "ningún chico nace cometiendo delitos y ningún chico a los 10 años decide que va a prostituirse y a consumir drogas, pero como no se visualiza el problema, no se elaboran políticas activas para la acción y represión de esos delitos que cometen los adultos hacia aquellos niños, ni políticas reparatorias para los niños víctimas de esos delitos".
Es importante tener en cuenta que para alcanzar una real transformación, los cambios deben ser profundos, por eso es necesario el compromiso y la correcta participación de los gobiernos, y de la sociedad civil. Lamentablemente las víctimas están viviendo la vida al revés, y aunque suene pesimista, nadie está a salvo de las garras de aquellas bestias que trafican y se llenan los bolsillos con el sacrificio y la degradación de la infancia.
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