Embajada boliviana denuncia red de prostitución de niñas bolivianas en Argentina

La Paz - Bolivia.- (Erbol) La Embajada de Bolivia en Argentina denunció este martes que una red de prostitución trafica en ambos países para llevar de La Paz y Cochabamba grupos de mujeres, entre ellas niñas, al vecino país con el fin de prostituirlas. El encargado de negocios de la Embajada de Bolivia en Argentina, Sixto Valdés, en declaraciones a la Red Erbol, relató que en la frontera dejan pasar sin muchos obstáculos a los migrantes bolivianos hacia Argentina. “Lo impresionante es cómo dejan pasar en los tres pasos fronterizos a los bolivianos hacia Argentina, conocí casos que no sólo se trata de talleres, hay mujeres y niñas llevadas a restaurantes y prostíbulos”, aseguró Valdés.

Indicó que hace poco se denunció una red de prostitución de niñas bolivianas en Liniers, que pertenece al Distrito Federal en Argentina, casos que están en proceso de investigación. “Hablé personalmente con las niñas que son de La Paz, decían que organizan en La Paz y Cochabamba grupos para reunir a las mujeres, a quienes las llevan con identidad falsa, tienen 15 años y les ponen 21 años. Pasan la frontera con documentos falsos y truchos”, afirmó.

El diplomático manifestó que cuando los bolivianos llegan a Argentina, durante una primera etapa, después de quitarles sus documentos, son encerrados con amenazas. Además, “les cobran el transporte de La Paz a Argentina y les descuentan de su salario”, dijo Valdés.

El cónsul boliviano, Alberto “Gringo” Gonzales, complementó que los migrantes no cobran ni un centavo de su sueldo por seis meses para pagar el transporte.

El Encargado de Negocios dijo que los bolivianos son amenazados con una presunta detención y expulsión que sufrirían inmediatamente cuando salieran a la calle.

Explicó que en una segunda etapa los bolivianos son llevados, como ganado, en un motorizado sin vidrios y sin asientos. Son trasladados a una “bailanta”, donde se emborrachan y luego retornan en el mismo bus a las casas donde viven.

“Los llevan del taller a una ‘bailanta’, ahí farrean y beben, luego los vuelven a retornar al taller. Cosa que cuando se escapan no saben donde viven”, manifestó Valdés.

Aseguró que en estas redes están involucrados jueces que autorizan el paso de la frontera, empresas de transporte internacional y otros.