Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

jueves, junio 19, 2008

Triple “T”,Tenancingo, Tapachula y Tijuana, ruta del tráfico sexual

Méjico.- (La Crónica de Hoy - Por: A. Olivier Pavón) Tenancingo, Tapachula, Tijuana, son los principales puntos de trata de personas con fines sexuales; sin embargo, ciudades turísticas como Acapulco y Cancún no están exentas de este delito. "A las chavas las traían y las siguen trayendo de Guadalajara, San Luis Potosí, Veracruz, Oaxaca, del DF, de aquí de Puebla y de Chiapas, no me acuerdo del municipio. Chiapas y Chihuahua es donde las vendían y las compraban los güeyes, o las compran. Por una vieja un cabrón pagaba cinco mil varos, pagaban hasta 10 mil por dos o tres pinches chavas". Testimonio de un traficante de mujeres.
En Tenancingo, Tlaxcala, por ejemplo, los niños no quieren ser doctores, astronautas o bomberos. Allí el único deseo entre ellos es el ejemplo que les dan los mayores: "Cuando sea grande voy a ser padrote, como mi hermano o mi tío", dicen los menores, según explica Federico Pöhls, director del Centro Fray Julián Garcés.
Y estas redes tienen una ruta muy específica: del Distrito Federal a Veracruz, de Veracruz a Puebla, de Puebla a Tlaxcala, de Tlaxcala otra vez al DF y de la capital a Morelia, pasando por Celaya. Sin embargo, en la zona norte se encuentra el corredor Tijuana, que va hasta el condado norte de San Diego.
"Desde chavillas, haz de cuenta de unos diez años, las empiezan a tener, hasta que tienen 15 ó 16 años, hasta desde 14 les daban fuego; te digo, cinco o diez varos, depende cómo estuviera la chava, pero no pasaba de diez que te las vendían", cuenta el tratante en el libro "Un grito silencioso", editado por la Universidad de Tlaxcala y el Centro Fray Julián Garcés.
"¿Por qué Tlaxcala?", se le pregunta a Federico Pöhls. "No hay una razón en específico. Se pueden hacer todas las hipótesis que se quieran. Quizás porque está entre el Distrito Federal y Puebla, que es un lugar muy pequeño que no figura para nada en la escena nacional. Tlaxcala no tiene mayor representatividad en el conjunto, por eso mismo es la hipótesis de que nadie voltea para acá, que haya ojos encima de Tlaxcala y porque está en medio de las dos grandes ciudades: Puebla y el DF, puede ser un muy buen escenario intermedio", explica.
Y dentro de este estado, ubica a Tenancingo, ciudad que, según el portal del gobierno de Tlaxcala, cuenta entre sus ramas más productivas a la industria manufacturera, seguida del comercio (no específica cuál) y en tercer lugar se encuentran la agricultura y ganadería. "Como sospecha, la trata de personas con fines sexuales es algo culturalmente tolerado en la comunidad", cuenta el dirigente de la ONG.
Con un número cercano a los 10 mil habitantes, Tenancingo se ha convertido en uno de los principales importadores de mujeres esclavizadas para fines sexuales. No todas son del lugar.
"Sabemos que las traen, pero hay de todo, se pueden enrolar mujeres de acá mismo, de las comunidades cercanas, niñas de secundaria, sobre todo, pero también sabemos que va gente al sur, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, sur de Veracruz, donde hay mujeres que se pueden comprar, o van y hacen todo el proceso de enamoramiento como enganche", platica.
Y precisamente de Tenancingo son originarios los integrantes de dos bandas que se dedicaban al trasiego sexual. Los Lenones era una de ellas, integrada por los hermanos Carreto, Josué y Gerardo, quienes junto con su primo Eliú enviaban mujeres mexicanas a la ciudad de Nueva York, específicamente a Queens y Brooklyn. Los Carreto, un clan familiar perfectamente estructurado, fueron detenidos el 5 de enero de 2004 en Queens.
Tenían en su poder a nueve mujeres a las que obligaban a prostituirse.La Zona Galáctica. Fundada por los toltecas, Cacahoatán significa "Lugar del Cacahuate". Limita con Guatemala y los municipios de Tuxtla Chico y Tapachula. Entre el cielo y el infierno, con carreteras sinuosas y tupida vegetación, este municipio tiene su zona de tolerancia: la "Zona Galáctica". Niñas indígenas y centroamericanas son la carne de cañón llevadas por la pobreza a la prostitución.
Tapachula también cuenta con Las Huacas, su zona de tolerancia. Los municipios de Huixtla y Tuxtla Chico representan el comercio sexual en la frontera sur de nuestro país.
"La creciente demanda de servicios sexuales por los clientes en esta zona fronteriza es la principal causa del ilícito de la trata. En el territorio guatemalteco Ciudad Tecún Umán cuenta con innumerables burdeles, bares y salones de masaje que al mismo tiempo ofrecen "companías" masculina o femenina". En el lado mexicano, en Ciudad Hidalgo, Cacahoatán, Puerto Madero y Tapachula se estabilizaron amplias zonas de tolerancia debido a esa demanda durante los últimos diez años, según indica el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba en su página web.
Para esta organización chiapaneca, los traileros que vienen desde los países centroamericanos y cruzan la frontera en su camino hacia Estados Unidos son el grupo clave en toda la dinámica del sexo comercial.
Y añade: "Sobre todo, existe un alto grado de tolerancia en la sociedad fronteriza hacia la explotación sexual de mujeres y personas menores, que se basa en la estigmatización cultural de mujeres en el sexo servicio como ‘putas’, objetos sin derechos y fuera de las normas sociales".
Fermina Rodríguez, dirigente de esta organización, añade que no hay datos duros sobre la cantidad de mujeres que son utilizadas como sexoservidoras en la región.
"La gran mayoría de las mujeres que trabajan en estos prostíbulos son extranjeras (centroamericanas, en particular), aunque los casos no están documentados", señala en entrevista telefónica.
Las principales víctimas de la trata con fines sexuales son guatemaltecas, salvadoreñas y hondureñas, precisa Mariana Rendón, asistente de Programa de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"Son mujeres que vienen en tránsito, su destino final es Estados Unidos. Las enganchan ya sea en su país de origen, las explotan en México y las vuelven a explotar en EU", dice, al agregar que la migración puede llevar a la trata, pues las migrantes son más vulnerables de caer en las redes de tráfico sexual.
"Otro tipo de violencia hacia la mujer migrante es la que se da en el contexto de su tránsito a los Estados Unidos, quienes son víctimas de violaciones sexuales por elementos de corporaciones policiacas, bandas de asaltantes, polleros o coyotes que ellas mismas contratan en su afán de llegar al norte", señala el Centro Fray Matías de Córdoba.
El corredor Tijuana. Como ciudad de tránsito hacia Estados Unidos, Tijuana no está exenta del tráfico de mujeres, muchas de ellas menores de edad, cuenta a su vez Saúl Arellano, articulista de La Crónica de Hoy y analista del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (Ceidas).
Para estas niñas, en su mayoría de origen indígena, el calvario empieza en la calle de Santo Tomás, en el barrio de La Merced.
"Los lenones traen a niñas de Veracruz y Oaxaca, de zonas indígenas, sobre todo, las llevan a Tlaxcala a casa de seguridad, las traen a la calle de Santo Tomás donde son entrenadas como esclavas sexuales. De ahí son llevadas al corredor Tijuana y el condado norte de San Diego", cuenta.
Revela que estas niñas indígenas o del sector rural son enganchadas o engañadas con la promesa de un buen empleo o de llevarlas a los campos agrícolas de EU o para servicio domestico.
Las zonas turísticas como Acapulco y Cancún también son susceptibles de este delito, apunta Sadot Sánchez Carreño, titular del programa contra la trata de personas de la CNDH.

Un regalo Tlaxcalteca

Según “La Historia de Tlaxcala”, de Diego Muñoz Camargo, los tlaxcaltecas regalaron 300 mujeres esclavas a Hernán Cortés, las cuales estaban destinadas al sacrificio. Sin embargo, el conquistador no las mató, al contrario, les dio buen trato. Viendo esto, algunos caciques tlaxcaltecas les empezaron a ofrecer a sus hijas.

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