Retrato de un pedófilo o pederasta, el perfil de un lobo con piel de cordero

No existe un perfil exacto del pederasta o del pedófilo, no se le distingue a simple vista, pero reproducen algunas características que sí resultan significativas. Por ejemplo, su acercamiento a los niños suele ser físico. Tras un primer contacto cuidadoso, para no asustar ni levantar sospechas, comienzan a coger al menor, abrazarlo y “mimarlo”. Les invitan e incluso les colman de atenciones y regalos para generar en ellos un sentimiento de deuda. A los niños se les enseña que deben ser agradecidos y corresponder a los adultos (por educación) y los pedófilos se sirven de esta circunstancia.

Buscan, de alguna manera, estar a solas con el niño o la niña para ir a más. Los violadores de niños siempre quieren más, nunca están satisfechos. Muchos de ellos tienen un nivel bajo de autoestima y se sienten mucho más seguros con los menores. Otros, en un porcentaje elevado, han sufrido abusos de pequeños. Un tercer grupo busca humillar y doblegar a su víctima, posiblemente por haber sufrido antes desprecio de otros niños o niñas durante la infancia.
Pero aunque no existe un perfil exacto del pedófilo ni del pederasta, sí podemos establecer un retrato robot a partir del estudio de los que ya han sido detenidos.

Un probable perfil es el siguiente:

• En más del 90% de las ocasiones los victimarios son varones.
• En el 70% de las veces, los pedófilos y pederastras suelen tener entre 30 y 45 años. El 20% de las agresiones sexuales son cometidas por menores de edad y tan sólo en el 10% se trata de personas mayores a 45 años.
• Suelen ser profesionales calificados.
• Con frecuencia buscan trabajos o actividades que les permitan estar cerca de los niños.
• Su nivel social es medio o medio-alto.
• En el 80% de los casos no tienen antecedentes penales.
• En el 98% de los casos actúan solos.
• En casi el 100% de los casos, recurren a Internet para intercambiar material pornográfico infantil. En el 30% de las veces, este material ha sido elaborado por ellos mismos.
• Normalmente son casados, tienen una familia a su cargo y con frecuencia hijos pequeños.
• En más del 50% de los casos abusan del alcohol o de alguna droga.
• Presentan falta de empatía, inseguridad, problemas de comunicación y baja autoestima.
• En más del 50% de las ocasiones no recibieron muestras de afecto durante su infancia-adolescencia.
• En la mayoría de las ocasiones no padecen trastornos psiquiátricos, sólo en ocasiones trastornos de la personalidad y algunas veces trastornos psicopáticos.
• En el 66% de los casos no reconocen los hechos ni asumen su responsabilidad. Minimizan sus agresiones.
• En el 85% de los casos conocen a su víctima.
• En más del 40% de los casos se trata del padre, el tío o el abuelo de la víctima. El porcentaje aumenta al 85% si se tiene en cuenta a parientes lejanos, vecinos o amigos cercanos al entorno familiar del niño o niña agredido.
• En el 58% de los casos se niegan a recibir tratamiento o ayuda.
• No suelen ser conflictivos en la cárcel y muestran buen comportamiento (pues en la cárcel no hay niños).
• Su nivel de reincidencia es altísimo, aun después de ser descubiertos y condenados. Son compulsivos.
• El 100% necesita tratamiento, aunque resulta poco efectivo con los pedófilos preferenciales.

Luchemos juntos contra la Pornografía Infantil. Recuerda que nadie está libre de ser una víctima. Si amas a tus hijos, de una vez por todas: ENFRENTA ESTE PROBLEMA MUNDIAL

Dimitri N. Senmache Artola
Presidente de la Red Peruana contra la Pornografía Infantil
dsenmache@democracia.org.pe